El verano llegó a su fin

Después de un verano de locos (prácticamente terminado, ya que finalizado agosto, cada mochuelo a su olivo…), el balance es muy bueno

Hemos repartido muchísimas compras (alrededor de 1.900 desde que empezó el lío a finales de junio si mis cuentas no fallan), infinitamente más que el año pasado, cada vez hay más gente que confía en nosotros y que apuesta por la vida en el pueblo. Gracias de corazón.

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Ver vida en los pueblos es maravilloso. Niños con bicis sin ningún miedo a ser atropellados, vecinos reunidos a la puerta de las casas comentando cómo va el huerto, jóvenes con ganas de hacer cosas, bailes de verdad, de los de ‘bailar pegados’, vermús en el  teleclub con los primos, cenas populares en la calle, tranquilidad, baños en el río, amigos de toda la vida que vuelven a encontrarse después de un frío invierno, abuelas cocinando macarrones y rosquillas sin fin para los nietos… En resumen, felicidad y calidad de vida…

Todo esto me hace recordar mi pueblo, de donde es mi padre y donde yo pasé las vacaciones de toda mi infancia (Manuel, Valencia). Mis veranos al sol, mis amigas del pueblo, mis abuelos (sobre todo ellos, que ya no están), las risas y juegos con mis primos, los baños en la piscina a altas horas de la noche, el olor del azahar, el sabor de la paella recién hecha por mi abuela, acompañar a mi abuelo a comprar el periódico, los bocatas de atún con olivas para merendar, el primer cigarro…mi sitio en el mundo donde soy más feliz, estoy más tranquila y donde aún siendo ya mayor, deseo ir cada verano y que mi hija sienta un poquito como suyo. ¡Que importante ha sido y  es mi pueblo para mí!

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Placa del meu poble. (a la derecha de la foto el Bar de Baix, hacen una sepia a la plancha y una paella espectacular)

 Este verano, el balance personal de la experiencia que estamos viviendo con La Exclusiva,  me ha hecho plantearme seriamente cómo sería nuestra vida viviendo en un pueblo, pero siempre llego a la conclusión de que tiene que ser con gente dentro y con servicios básicos que nos permitan vivir seguros, si no, no lo haría.

¡HAY QUE CONSEGUIR ATRAER A GENTE A LOS PUEBLOS! Creando empleo, escuchando y apostando por las iniciativas innovadoras que llevamos a cabo los jóvenes (que son el FUTURO, no lo olviden señores y señoras del poder), habilitando vivienda… ¡NO LO SÉ!  Pero hay que intentarlo y no rendirse.

Yo no creo que la clave del desarrollo rural sea arreglar carreteras, lavaderos, columpios, etc. que también es importante (sobre todo para los que sólo vienen en agosto), pero hay cosas que NO se arreglan a golpe de cemento, aunque nuestros políticos crean que sí. Dense un paseo con nosotros en una de las rutas, están invitados, van a flipar.

He de reconocer que tengo una sensación de pena que no había sentido hasta ahora. Esta semana ya hemos notado el bajón, y no sólo me refiero a las compras, si no a las miradas tristes que se quedan en las personas mayores tras la marcha de los hijos y nietos a la ‘gran ciudad’.  Así que este mes intentaremos llevar no solo la compra, si no un poquito de alegría y conversación a nuestra gente, los que se quedan en el pueblo el resto del invierno. Gracias a ellos la provincia de Soria sigue adelante y creo que les debemos un agradecimiento infinito, un lugar importante y mucha admiración. Hay que plantearse cuáles son SUS necesidades reales, me refiero a las de los que viven en el pueblo todo el año y no a las de los veraneantes (importantísimos, pero mucho menos que los vecinos)… y pensar cómo podemos ayudarles a vivir un poquito mejor.

Gracias a Eva y Judith (E. Leclerc) por su dedicación, horas extras y empeño para que cada pedido fuera perfecto, a Heliceo por su rosa roja, a Maria Juana por sus rosquillas caseras y sus coca colas frías en días de 35 grados, a Felisa por un bocata de Jamón a tiempo, a Montse por una sin alcohol fresquita siempre, a Ignacio por una comida que nos dio fuerza para seguir un día duro, a María Santos por su paciencia y simpatía, al concesionario Madurga (en concreto a Eduardo) por su rapidez con las furgos, a los MarMat (Santi y Juanan) por panelarlas en tiempo record, al Hueco por ayudarnos siempre en TODO, a nuestra gente por aguantarnos estresados y nerviosos estoicamente, a los abuelos de mi hija por cuidarla con amor mientras trabajábamos, a la cuadrilla de San Juan (Nacho y Leti) por contar con nosotros en la fiestas de San Juan, a los alcaldes de los pueblos que nos encargaron sus comidas populares de fiestas, a las peñas que nos llamaron para encargarnos la bebida y además, nos ayudaron a descargarla(menos mal!)… en fin, no quiero olvidarme de nadie, a cada vecino de cada pueblo que ha confiado en nosotros y que ha tenido un detalle al vernos, y en especial un beso a Lucía y a Nieves que este verano ha sido muy duro para ellas, mucho ánimo.

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A LOS QUE PONÉIS FIN A LAS VACACIONES: FELIZ VUELTA A LA RUTINA, GRACIAS, SEGUIREMOS AQUÍ EL PRÓXIMO VERANO.