Bene, Serón de Nágima

Benedicta Vallejo Vallejo, ‘La Tía Bene’ para nosotros, ya que es la hermana de la madre de Hugo, ha dedicado toda una vida a sacar adelante un negocio hostelero en un pequeño pueblo de la provincia de Soria, en Serón de Nágima, a 50 kilómetros de la capital.

Nos cuenta emocionada que no sólo atendía el bar y el restaurante si no que también tenía abierta la parte de arriba como un hostal, con 7 habitaciones. ¡Un lugar realmente bonito créanme! Y lo más increíble de creer a día de hoy: ¡¡el negocio marchaba estupendamente!!

Recuerda cuando servía 50 menús diarios de comida casera y con algo de nostalgia nos dice que hoy en día ni siquiera llegan a 50 los vecinos en la localidad.

Hoy jubilada, algo agotada por las horas de pie detrás de una barra, y con casi 71 años, recuerda cómo los vecinos se divertían echando la partida después de comer, o los niños del pueblo, (¡si, un día hubo niños viviendo en el pueblo, incluso escuela!) bajaban a gastarse la paga en chuches… de hecho, algunos de los jóvenes que aún residen en el pueblo,  cuentan que jamás han vuelto a probar un flan casero como el que hacía ‘la Bene’ en el bar.

flan

¡Foto del famoso y suculento flan, que nos hizo con mucho cariño y que nos cominos de postre ese mismo día!

Por aquel entonces, en Serón de Nágima había más de una tienda. Bene realizaba sus compras para el bar en ellas. Sus fiestas eran famosas en la zona y los cazadores y esquiladores de ovejas daban vida al pueblo con sus visitas…. por supuesto, se quedaban a dormir en el Hostal La Fragua, por su trato familiar, confort y, por lo que he oído, por la sabrosa comida casera que, aún hoy, cocina ‘la tía Bene’.

Su marido, Godofredo, ‘el tío Godo’ para nosotros, ¡era sastre! Su fama de buen hacer era reconocida no sólo en la provincia de Soria, sino a nivel nacional. Cuenta la leyenda que le hizo algún traje ¡¡¡¡al rey!!!!

Sus hijas marcharon del pueblo a estudiar a Soria y, como la mayoría de los jóvenes, nunca regresaron (bueno, miento, los fines de semana bajan a degustar los manjares que os cuento…).

Bene nos cuenta como sus hijas estudiaron en la capital y lo orgullosa que se siente de ellas. Pero ella, aún teniendo la posibilidad de irse a vivir a Soria, sigue prefiriendo vivir en su casa, en su pueblo, en lo que un día fue su negocio y donde vivió los mejores y más importantes momentos que recuerda. No quiere marcharse. Ella, como muchos de nuestros clientes, quiere vivir en el pueblo.

Tia bene